LA DESIGUALDAD TIENE MILITANCIA EN LA IGLESIA
"No es Hebe la persona más indicada para informarle al Papa como está la Argentina"
Esta frase no pertenece a ningún CEO, ni siquiera algún otro funcionario del gobieno que tendrían sobradas razones para militar la desigualdad y la pobreza.
Corresponde a la Comisión Episcopal, la que en nombre de la Iglesia Argentina, y por boca de un monseñor Casaretto despojado de toda humildad, agregó "Nosotros somos mejores informantes (sic) que Hebe para que el Papa conozca lo que pasa en Argtentina".
No tiene los sones de las palabras de un representante de Dios, ciertamente, y menos aún cuando militó este nuevo modelo de país similar al de la dictadura y el menemismo afirmando que "...la argentina se encuentra en una transición difícil... quizás sea el momento más crítico...", pero "...confiando en los anuncios que se están haciendo de posible recuperación"
Rara confianza la de los representantes de la iglesia argentina, la que claramente tiene otros sectores no tan comprometidos con quienes en solo seis meses transfirieron 290 mil millones del pueblo hacia las corporaciones, mientras prometen bonanza a los saqueados para más adelante.
No dice Casaretto cuales son los elementos de juicio que alienten las esperanzas de recuperación en el marco de un modelo de país alienado con lo más rancio del neoliberalismo que hizo y sigue haciendo estragos en el mundo.
Una pena que vuelva la iglesia argentina a militar un modelo contrario a la prédica de Jesús. Un proyecto de país y de mundo que tiene sus raíces en la ideología de los mercaderes que lo sacrificaron en la cruz en defensa de la desigualdad, la explotación y la esclavitud.
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